Parfums de Niche: Mona di Orio

Querida Mona:

El otro día me entró entre ceja y ceja que necesitaba probar tu Tubereuse. Ya la había olido anteriormente, pero necesitaba hacerme con una muestra para sentirla en la piel, y ver cómo evolucionaba en ella. Por suerte, no me costó mucho conseguirla y al hacerla, los dedos se me quedaron impregnados con su olor. También aproveché para olfatear otra vez tu Vetiver y lo dejé en la lista de espera para la siguiente vez.

Luego me fui a cenar con mis amigos y cada vez que me acercaba la mano a la cara allí estaba tu nardo, vivo y persistente. Podría haberme lavado las manos pero no quise, estaba disfrutando mucho con su presencia. Mientras mi amigos hablaban, yo pensaba lo bien que te había quedado la fragancia, intensa, sin empalagar, con un nardo muy bien acompañado por la pimienta y las notas verdes ¡si hasta me recordó a Carnal Flower! Como lo oyes, a la mismísima Carnal Flower, con todo su poderío y la magia del Sr. Ropion. Nunca pensé que probaría algo que me recordara a ella pero tu Tubereuse consigue hacerle un poco de sombra.

Y mientras pensaba todo esto, me llegó un mensaje al móvil: “Hola Maia, ha pasado algo terrible. Mona di Orio ha muerto.” El representante de tus fragancias me daba la noticia. Me contaba lo petrificado que se encontraba, porque además de admirar tu trabajo, tenía el honor de considerarte amiga. Nos escribimos un par de mensajes más y quedamos que ya hablaríamos, tampoco eran horas para nada más. Y ahí me quedé, rodeada de amigos pero tan sola en mis pensamientos. Algo les comenté, pero no me prestaron mucha atención. No lo tomes a mal, poco a poco los voy instruyendo en este mundo pero de tu existencia apenas sabían algo (por no decir nada). Reconozco que yo misma te había tenido olvidada una temporada.

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De tus primeras fragancias apenas me gustó Lux, puede que por ser uno de los primeros perfumes nicho que probé, pero las demás tampoco me dijeron mucho. En el fondo te tenía envidia por haber sido la discípula mimada de mi adorado Roudnitska, me parecía que con tal privilegio tenías el deber de hacer cosas aún más impresionantes. Sin embargo, me gustaba tu carácter. Por mucho que las críticas no te dijeran nada bonito, tú seguías creyendo en tu trabajo y en tus creaciones, sin importar lo que los demás dijeran de él.

Y cuando apenas me acordaba de ti, sacaste algo nuevo y sencillo. En un primer momento fui reacia a tus creaciones pero me dijeron que los probara, que realmente me iban a sorprender. Y vaya si lo hicieron. Bajo el nombre de “Les nombres d’Or”, lanzaste lo que serían las tres primeras fragancias de la colección:CuirAmbre y Musc. Cuando otros hubieran intentado crear la quinta esencia innovadora, tú volviste a lo básico, creaste un cuero rudo, un ámbar cálido y un almizcle limpio. Luego vinieron la Tubereuse, elVetiver, el Oud y la Vainille, y nos volviste a demostrar que a veces hay demasiadas florituras en este mundo.

Como los más grandes, te has ido en tu mejor momento, dejándonos suspirando por lo que podrías haber llegado a crear.

Una vez dijiste “Quiero crear fragancias que hagan que la gente sienta, sueñe, viaje, recuerde y se sorprenda.” Puedes quedarte tranquila, porque tu legado lo seguirá haciendo durante mucho tiempo.

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