Borgoña es la ‘verdad’, el Everest del aficionado al vino y final del camino, de todos los caminos
Los aficionados al vino somos unos listillos amargados.
No podemos disfrutar sencillamente del vino por lo que es, es decir, disfrutar el vino por el mero placer de beberlo, porque nos embriaga y nos reconcilia con nosotros mismos y con la vida. No podemos beber vino de un modo básico y superficial como disfrutamos de un paella al sol o un polvo apasionado. No. Tenemos que parecer enrevesados y buscar los tres pies al gato, necesitamos creer que la copa esconde algo más, necesitamos oler el aroma a trascendencia y alcurnia, imaginarnos cómplices de una secta de pocos elegidos ungidos con el don de un supuesto placer supremo. Tonterías, claro.
Por eso se agradece una cata como la que organizó el Centro Torres de Valencia, de la mano de Lionel Vigneron -enólogo de Bodegas Torres-. Porque el corazón de Francia -y del vino- se presta a la lírica exótica y sin embargo nos la presentaron como lo que realmente es: viñedos, crus, personas, uvas, sueños y tierra.
Para entender Borgoña hay que entender el concepto de terruño. Porque el terruño es la razón de que Borgoña sea un mosaico inmenso, compuesto de millares de parcelas. ¿La razón de ser? la tipicidad en el terroir. Terroir, en pocas palabras, significa defender lo que eres, y no lo que deberías ser. Y en Borgoña el terruño se expresa en cada una de sus grandes cinco regiones:
Chablis.- El viñedo de Chablis se extiende en el Yonne sobre 20 municipios alrededor de su capital: Chablis. La uva que cubre las más de 2.300 hectáreas es la ‘gran dama blanca’ Chardonnay.
La Côte de Nuits.- La Côte de Nuits es el refugio de algunos grands crus tintos con nombres míticos, se inicia en la ciudad de Dijon y se extiende hasta el sur de Nuits-Saint-Georges. En su morada habita la más sensual y caprichosa de las variedades: la Pinot Noir que alimenta, entre otros, el mejor mejor viñedo del mundo: Vosne Romanée.
La Côte de Beaune.- Los viñedos de Côte de Beaune rodean descaradamente la pequeña ciudad de Beaune y continúan por el sur hacia Pommard, Volnay y Meursalt. En medio, la parcela de 8 hectáreas de Le Montrachet es el viñedo blanco más famoso del mundo.
La Côte Chalonnaise.- Se extiende a lo largo de las ondulantes colinas entre Côte d´Or y Mâconnais, se producen tintos y blancos, antaño criticados por su carácter agreste. Sin embargo hoy esconde una de las mejores relaciones calidad-precio de Francia.
Le Mâconnais.- Hogar de la uva Aligoté y de excelentes blancos afrutados elaborados con Chardonnay, los mejores caldos se esconden en Pouilly-Fuissé, lejos, eso sí, de los grandes nombres de la Côte d´Or.
Borgoña es tantas cosas
Les juro que venía dispuesto a hablar de viñedos y grands crus, pero con Borgoña es tan difícil… porque Borgoña es armiño, música y la sensualidad perfumada de terciopelo y cerezas ahumadas. Borgoña es calidez y recuerdos; atardeceres, soledad y aquel rincón olvidado…
Apuntes y recomendaciones
· En Borgoña se cultivan esencialmente tres variedades: Pinot Noir, Chardonnay y Gamay (en la zona de Beaujolais).
· Una excelente selección de Pinot Noir de Borgoña.
· Los 200 mejores Pinot Noir de Borgoña según Wine Advocate.
· La bonita carta de amor de Juan Ferrer-Enópata a la “Condesa descalza” (Chardonnay).