Serge Gainsbourg: así viste un bebedor

El hombre intoxicado

Las mujeres te quieren por el hombre que no eres. Todas buscan a la persona que represente sus fantasías y lo hacen eligiendo a quien no podrá cumplirlas. A él le ocurrió también: en sus brazos cayeron señoras de escándalo buscando a la persona detrás del monstruo, al hombre que creían ver tras la ironía de sus letras. A aquel que en sus devaneos sexuales, dicen, no se dejaba ver desnudo por pudor.

Pero ironías las justas. Con un Je bois abre Intoxicated Man. Lo repite dos veces. Eligió, pues, llevar vida de mujeres, Gitanes y alcohol porque no hay más remedio; beber, hay que beber. No se puede elegir. O eso, o vivir 20 años más pero aburrido. “El placer salvaje que provocan las drogas blandas merece la pena”, decía. En 1986 se sentó en una terraza del barrio de Ópera; tomó siete Américaines. Limón, ginebra, coñac y granadina. A los 30 minutos, Bambou tuvo que recogerle porque no se tenía en pie. Joder si merecía la pena.

“A Gainsbourg lo odiaban porque era distinto a los demás”. También vistiendo. En casi todo lo que hizo innovó hasta el fracaso. Romper o morir. Pero el estilo, ay, no se mide ni para errar. Tan falsamente impecable como cuidadosamente desaliñado, marcó tendencia. La suya. La de un bebedor. Y hoy, los perros le siguen el rastro.

Ya cerca de su recaída definitiva, a Serge se lo tuvieron que llevar en ambulancia. Sobre la camilla, los médicos le colocaron encima una áspera manta de arpillera. Sin excesos, pidió a su pareja que le bajara otra de casa. Una de Hermés. Y no era cuestión de marca: no le importó lo más mínimo que Jane Birkin, años antes, se tirara al Sena con un top de YSL que, claro, quedó inútil.

Su estilo entonces… su estilo ahora

-Nada depende de ninguna decisión, pero S. G. forma parte de la historia de la moda por elegir unos zapatos.“Guantes para mis delicados pies”. Piel blanca, siempre. Llevara lo que llevara. El modelo de Repetto tiene nombre, Zizi, pero es imposible que nadie entre en una tienda y no pida el zapato Gainsbourg.

+Los Repetto siguen vendiéndose en todo el mundo.

-Se sabía feo porque, vaya, era feo. Conocía los límites de su voz (pasó de cantar engolado a recitar) y de su cuerpo. No le verás en imágenes con gabardinas largas; siempre ajustaba bien las proporciones.

+Para llevar su gabardina, prueba con los modelos cortos de Margiela o Comme des Garçons.

-A su etapa de cabaret le siguió Brigitte Bardot. Initials BB merecía esfuerzo y acicalamiento: fue su época de la chaqueta cruzada, del traje negro impoluto. El largo nunca sobrepasando los nudillos estirados; la mujer de las mujeres, quitándoselo en la oscuridad.

+Las dimensiones de Burberry Prorsum o las propuestas de Tom Ford recuperan el espíritu. Un traje de negro de YSL también puede funcionar.

-El borracho, cosas de la sociedad pop, se hizo famoso. Y el artista diferenció: Gainsbarre sería su otro yo ebrio. Gustaba, en su última etapa, de la camisa estampada con cuello por fuera; de la western shirt llevada con (exquisita) desidia. El estilo Gainsbourg se copia, se copia.

+Camisas de Etro para los etampados; de Dsquared2 o Kitsuné para el denim.

-Incesto con la otra Gainsbourg, hoy musa de Vogue y Fotogramas. Un vaquero y nada más. Bueno, sí, elcharme. Pero para eso no hay guía de compra.

+Apuesta por vaqueros de Acne Jeans o el modelo petite standard de APC.

“À moi ces mignonnes au regard qui chavire qu’il faut agiter avant de s’en servir”, canta en L’Alcool. Mujeres y la sensación de beber tan sólo por llegar al último vaso. Reconociendo tu refugio. Gainsbourg, sí, bebía. Yo tampoco.

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