Música y moda
Naomi Campbell llegó sin séquito, acompañada de un amigo-estilista-loca ochenta centímetros más pequeño. Se fueron directos al escenario, ella apoyó la baguette sobre la piedra de Tabacalera y comenzaron a contonearse. Sobre las tablas, Duran Duran recuperaban su Save a Prayer. Nadie alrededor. No se atrevían.
Recuerdo que esa fiesta no fue para tanto; la estampa sí. Duran Duran y la Campbell se convirtieron en la campaña que nunca existió para anunciar el compromiso entre moda y música. Rompieron el silencio de su YSL negro, de la gente que no comía nada, del Moët ya descorchado. Antes ya bailó para él, sí, pero no en mi cara.
Sus piernas fibradas, negras en mate, son la mejor opción posible. La mejor que se me ocurre hoy. Pero hay más. Un single de Blur, cuando el single existía, recordaba que la elegancia inglesa se disfrazó un día de americana; los vuittones fluor de Murakami y Kaws también han coloreado delirios de autotune de Kanye West.
Él, el rapero que no viste como un rapero, dijo eso de “puedes ser mi Kate Moss negra esta noche”. Aunque la Moss siempre prefirió lo sucio antes que la oscuridad y decidió cantarlo junto a Primal Scream. Mañanas tan de terciopelo, curiosamente, como el olor de su perfume.
Su sucesora, Agyness, cantó (algo más) junto a los Five O’clock Heroes para demostrar que ella también. Es más fea y luce peor desnuda pero aquí, al menos, venció. Y a las dos, miles de años antes, les ganó la manoTwiggy.
Joder, si hasta Chanel se llama Coco por una canción absurda de un perrito y su amo. Otra teoría habla de puterío, pero no la creemos, por supuesto. Una vinculación tan fuerte como para que un mito escriba sobre otro y reivindique desde la metáfora a Christian Dior en tiempos en los que ya sólo se dice Dior. O Kitsuné, discográfica molona, abra tienda y venda la ropa que deberías llevar si les bailas.
Karl Lagerfeld publicó un disco con sus canciones favoritas. “Porque tiene una importancia vital en el mundo de la moda”. Un cd recogía sus opciones para trabajar, el segundo para escuchar en la soledad de su casa. No hay apenas diferencia de criterio. La mano no es distinta de lo que crea.
Para que luego salgan diseñadores poniendo música incidental, dejando al DJ de la Cibeles de turno que ponga un disco de ‘house’ en repeat, o eligiendo a Amy Winehouse como hilo porque vende mucho. Aprendan de Viktor&Rolf, pobres, que se arruinaron llamando a Rufus y Tori Amos. Con dos cojones.
Hedi Slimane, el hombre que cambió al hombre y que encanalló la moda (antes mandaban los pijos, ahora la calle) resume relación e intenciones con acierto. Igual hasta lo ves estos días por el FIB, quién sabe.
Asumo que mi estilo está enteramente definido por la música, como un diario musical. He actualizado el movimiento rock para llevarlo a las masas: los pitillos, los blazer estrechos, las camisetas desbocadas…
Pues eso.
Playlist
1. Primal Scream feat Kate Moss, Some velvet morning
2. Five 0′Clock Heroes feat Agyness, Who
3. Morrissey, Christian Dior
4. Chester French, The Jimmy Choos (grandes)
5. George Michael, Freedom (supermodelos al poder)
6. Róisín Murphy, Slave to love (para anuncio de Gucci)
7. Sergio Vargas, Los diseñadores (entre kitsch y visionario)
8. Xavier Cugat, Perfidia (la mejor elección de Lagerfeld)
9. Kanye, Stronger
10. Michael Jackson, In the closet